divendres, 26 de juliol del 2019

ONCE DE PABLO AGUADO EN TERUEL

La desesperante falta de raza de unos toros mal presentados de Cortijo de la Sierra y Fernando Sampedro, la irrespetuosa actitud de un puñado de espectadores que pretendían acceder a sus localidades, ocupadas por otros más irrespetuosos que ellos, durante la lidia de los primeros toros, el calor, la ausencia de interés en el ruedo... nada pudo con un puñado de destellos toreros de un diestro, Pablo Aguado, que vino a sustituir a Roca Rey en el plato fuerte del abono de Teruel. 



Con enemigos nada propicios para el triunfo resurgió ese toreo eterno que muchos vieron, y fueron capaces de transmitir, allá por las décadas de los cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Que si tiene algo de Manolo González, de aquel Pepín de vida profesional truncada, de Curro, de Manolo, de Pepeluís... Puede, pero este se llama Pablo y vive y ejerce  en el XXI...