Fue en agosto de 1964, en la vieja plaza donostiarra de El Chofre. Curo dejó su sello en su primero. En el otro pintaron bastos. 'El Ruedo' recogía así la tarde:
"En la segunda, con toros de Fermín Bohórquez, desiguales de presentación y bravura y algo ásperos, Fermín Murillo cortó una oreja facilona y sin mérito al mejor toro del encierro y en el otro enemigo estuvo pesado con el estoque.
Curro Romero, que se encuentra en plenitud artística, hizo a su primero una faena que todavía se comenta, y sus verónicas fueron un prodigio de belleza y plasticidad. Solo dio la vuelta al ruedo por no estar expeditivo con el pincho y en su segundo abrevió el trámite, como había que hacer a un toro difícil y peligroso.
El Jerezano no pudo lucirse en su primero, pero en su segundo brilló esporádicamente como muletero de gran estilo. En ambos fue ovacionado".
El objetauro pertenece a la previa del festejo. Un mozo del servicio de la plaza sonríe mientras Curro, ajeno al objetivo, atiende a un admirador. En segundo plano Fermín Murillo se percata de la situación y hace caso al fotógrafo.
La foto mide 14 x 9 cms.
El diestro valenciano Vicente Barrera Cambra aparece en el presente objetauro rematando con una media un saludo capotero. 
Antonio Borrero 'Chamaco' ofició de padrino de alternativa del colombiano Alfonso Vásquez 'Vázquez II' la tarde del 27 de septiembre de 1.958 en Palma de Mallorca. La pareja lidió toros de Jesús Sánchez, mansos y difíciles. También intervino el caballero rejoneador Ángel Peralta que se enfrentó a sendos astados de Fermín Bohórquez.
Fue referente en los ochenta tras su reaparición. El concepto, el cite frontal, el gusto, han permanecido en los aficionados que tuvimos la suerte de verlo. La imagen que protagoniza este objetauro mide 18'5 x 11'5 cms. y la hizo Martín, presumiblemente en Madrid.
Un Luis Miguel joven mira sereno a la cámara en la foto que protagoniza este objetauro. Los inconfundibles ladrillos de Las Ventas sirven como único decorado. La instantánea no tiene dato alguno, ni autor, ni fecha en la que se tomó. Solo unas palabras y la firma del diestro: "Al buen aficionado Don Juan Lara con afecto, Luis Miguel".
Enrique Torres sometiendo un toro por bajo como ya no se hace. Rodilla flexionada y muleta a ras de arena con la res acudiendo tras el señuelo. La captó Finezas y el diestro valenciano la dedicó. ¡Lástima que el paso del tiempo haya borrado el trazo de la pluma!
Ramón Bustamante fue durante mucho tiempo la gran esperanza de la afición de Castelló. Su concepto del toreo, su estética, su profundidad, cautivaron a un buen número de seguidores que creyeron en él hasta el final. No pudo ser... como tantos. En el recuerdo quedan las tardes de gloria, de sentimiento desbocado, de salidas en hombros rodeado por los suyos. 
Fue en agosto de 1964, en la vieja plaza donostiarra de El Chofre. Curo dejó su sello en su primero. En el otro pintaron bastos. 'El Ruedo' recogía así la tarde:
