divendres, 30 de desembre del 2016

ÚLTIMO FESTEJO EN LA VIEJA PLAZA DE BILBAO

El objetauro que presentamos es el cartel del último festejo celebrado en la vieja plaza de toros de Bilbao, horas antes del incendio que la destruyó. El festejo en cuestión fue una novillada en la que intervinieron Manuel Benítez 'El Cordobés', José María Montilla y Rafael Chacarte en la lidia de ejemplares de Antonio Pérez de San Fernando. El día, lunes 4 de septiembre de 1.961.

El cartel, confeccionado en papel por la imprenta Moderna de Bilbao, mide 43 x 32 cms. y se imprimieron 5.000 copia que vieron la luz el 31 de agosto.




A continuación reproducimos la crónica de la novillada firmada en la revista 'El Ruedo' por Luis Uruñuela 'Litri':

"Con tiempo oscuro y la Plaza llena, habiéndose colocado . el cartel de «No hay billetes», se celebró el lunes en Bilbao la novillada extraordinaria para la reaparición del famoso novillero Manuel Benítez «el Cordobés». Se lidiaron reses de don Antonio Pérez, de San Fernando, bien presentadas y con pelea desigual. Los novillos más bravos fueron los que salieron en primero, segundo y sexto lugar. 

Manuel «el Cordobés» entusiasmó al gentío con sus alardes de temerario valor. Lanceó bien a su primero, y en un quite por chicuelinas fue ovacionado. Brindó a la Plaza, y en la faena hubo derechazos altos y de pecho enormes, con valentía extraordinaria y una quietud increíble. Otros, en redondo y de pecho, con temple y aguante formidables. Cinco naturales de asombro y uno de pecho ceñidísimo. Olés y música. Más derechazos en un terreno insospechado. Estocada tendida y descabello a la cuarta. Ovación, petición de oreja y dos vueltas al ruedo. En el cuarto, con los focos encendidos, habiendo cesado la lluvia, es cogido al segundo lance y resulta ileso. La faena de muleta es algo personal, por el alarde de valor y lo mucho que. expone, en los mismos pitones del burel. Tres derechazos, giratorios y de pecho colosales, entre olés y música. Luego cinco circulares asombrosos sin moverse, con una quietud de maravilla. Enorme ovación de toda la plaza. Sigue con naturales, altos y redondos, y el entusiasmo se desborda. Dos pinchazos y estocada. Ovaciones, petición de oreja, que la presidencia no concede; tres vueltas al ruedo y salida a los medios otras tantas veces, con bronca final al presidente, que no le otorgó el trofeo. 

Rafael Chacarte tuvo una tarde triunfal y cortó una oreja entre grandes aclamaciones. Lanceó bien a su primero y realizó un quite enorme entre olés y saludos. Muletea por bajo con clásico estilo y le recorta muy bien. Muchas palmas. Tres naturales y el de pecho colosales. Varios derechazos con arte y valor de maravillosa .ejecución. Olés música. Un molinete ceñidísimo y varios en redondo y de pecho estupendos, que entusiasman al público. Entra bien a matar y coloca una estocada entera, con descabello final. Se pide la oreja y no se la conceden y entre ovaciones de clamor da dos vuelta al ruedo y sale a los medios a saludar. E novillo tenía temperamento y Chacarte estuvo muy valiente y muy torero. A su segundo lo lanceó superiormente, y en un quite afarolado se ganó una fuerte ovación. Empieza la faena con grandes arrestos y saca unos ayudados por alto templadísimos. Acusa el bicho blandura y lo cuida con una gran suavidad artística, para lograr una gran faena, torerísima, entre olés, ovaciones y música. Varios derechazos, circulares y de pecho levantan al público de los asientos para jalearlos. Sigue de cerca, con valor consciente y un arte del mejor estilo rondeño. Pases de pecho muy buenos y unas manoletinas perfectas. Entra a matar colosalmente y coloca media en lo alto. Ovación de gala, una oreja, dos vueltas al ruedo y salida al centro del anillo, para recibir repetidas ovaciones. Al final Chacarte fue paseado a hombros y llevado así por las calles hasta el hotel. 

José M. Montilla dio a su primero (tercero de la tarde) unos lances muy suaves y con temple que se ovacionaron. Empieza a llover. Faena de muleta voluntariosa, ya que el bicho es huido. Dos altos muy buenos y al matar pincha tres veces y termina de media estocada sin puntilla. Ovación y vuelta al ruedo. En el último se lució con la, capa, toreando muy bien. Muleteó con ayudados por alto, con quietud, suavidad y temple. Varios naturales de buena factura y otros en redondo y de pecho enormes. Olés y música, más naturales y de pecho, con adornos diversos que se aplauden. Al matar no tiene acierto. Pincha tres veces, y después de la estocada descabella con varios intentos. Se le ovaciona y, en unión de «El Cordobés», sale a hombros, al igual que Chacarte".  

divendres, 23 de desembre del 2016

¿LA MEJOR FAENA DE CURRO ROMERO?

Gran tarde de Curro y José Julio.
El objetauro que hoy presentamos es un testimonio gráfico de la salida en hombros de Curro Romero y José Julio Granada del coso de la capital de los Cármenes la tarde del viernes 22 de junio de 1.973, en plena Feria del Corpus. Gracias a la perspicacia del excelente aficionado Manuel J. Pons hemos podido averiguar qué torero viajaba en volandas junto al Faraón.

La instantánea, firmada por R. Pedroches, mide 18 x 13'5 cms.

A continuación reproducimos la crónica que  publicó el semanario El Ruedo el 26 de junio. El festejo locompletaron Luis Miguel Dominguín y los toros de Juan Pedro Domecq:


Efectivamente, el nombre y el hombre de la segunda corrida de la Feria del Corpus granadino ha sido
Curro Romero. La cosa comenzó porque Curro Romero no estaba en el cartel y se le convocó por la empresa para cubrir el hueco de la retirada de Paco Camino. Y Curro Romero vino a armarla con una de cal y otra de arena, para al final hacer que nadie haya sentido la ausencia del Niño Sabio, aunque todos lamentan los motivos que la provocaron.

Curro Romero ha escuchado un griterío de  «¡Sinvergüenza! ¡Sinvergüenza!» en su primer toro, cuando después de doblarse con él vio que no tenía faena y pidió el acero. Pero el inefable Curro volvió las lanzas cañas en el quinto de la tarde, pues con una faena justa en la dimensión, pero inmensa en su calidad; se le rindieron sin condiciones todos cuantos le criticaron justamente. Fue la cara y cruz de la noble entrega del público de toros que personaliza el toreo, sino que juzga al artista. El triunfo de Curro Romero fue pleno, total, sin paliativos, por su toreo perfectisimo, de una calidad incalificable. Aquí se rompen todos los tópicas y es preciso decir que toreó con ambas manos como pocas veces se ha visto torear en la plaza de Granada. Cada pase, cada serie de naturales o de derechazos, cada trinchera fue un monumento a la perfección taurina. Y si uno dice todas estas cosas es porque nunca ha visto torear así de bien, con tanto dominio, con tanta pureza, con tanta suavidad, con tanta elegancia. El broncazo del primero, que salió muerto de los petos y al que dejó que se acabaran de cargar los tres pares de banderillas para rematarlo el diestro (?) con una estocada a paso de banderillas, se volvió el aplauso atronador esa griterío de histeria. Paseó las dos orejas y el rabo y los mulilleros se encargaron de dar la vuelta al ruedo al ¡toro que había tenido una gran tarea en favor del éxito del de Camas. Porque el toro entró por todas con nobleza y bravura.

EL GANADO

El ganado fue pequeño, en general. Sólo uno, el del éxito de Romero, pesó 502 kilos, y los demás anduvieron en los cuatrecientos y pico. Pero pese a su no impresionante presencia tuvieron más fuerzas que los corridos el día anterior y no se cayeron nunca. Soportaron dos y hasta tres encuentros en caballos y un promedio de dos pares de banderillas. Nobles y bravos, sin dificultades sensibles, salvo el que cerró plaza, que no dejó a José Julio «Granada» que se confíara, porque en cada pase buscaba ai torero.

Por eso es justo reconocer que participaron de forma notable en el éxito de los espadas. 

LUIS MIGUEL

El discutido Luis Miguel «Dominguín» mantuvo durante toda la corrida unos inmejorables deseos de agradar. Esto quedó patente a lo largo de sus dos actuaciones. Hacía doce o trece años que Luis Miguel no toreaba en Granada y el público le saludó con simpatía y le aplaudió con ganas. Bien es cierto que Dominguín logra la difícil facilidad de torear y esto le perjudica. Parece que cuanto realiza no tiene mérito, aunque en su corrida granadina lo tuvo y bien, porque bregó de principio a fin, cuidó la lidia y fue lo suficientemente honrado consigo mismo y con el público para no aceptar la petición de poner banderillas, que ésta es decisión del maestro cuando el animal ofrece suficiente colaboración. Luis Miguel toreó lucidamente con ambas manos, aunque predominaron las series de derechazos y hubo desplantes y adornos de rodillas.

Mató pronto, al primer encuentro, en ambas ocasiones, dejando el estoque algo caído las dos veces, pero los efectos fueron inmediatos. Si en él primero paseó la oreja, en el otro el público consiguió para el torero las dos orejas y parte del público pidió también el rabo. 

JOSÉ JULIO GRANADA

José Julio «Granada» se mostró muy seguro, tranquilo y torero toda la tarde. Su mejor faena correspondió al tercero de la tarde, al que instrumentó varias series de derechazos en una faena desarrollada íntegramente en el centro del anillo. Había iniciado la lidia con unos lances ajustados y bien dibujados, que el público aplaudió sinceramente. Aunque el toro se había dolido en caballos, tuvo una acometida alegre y el granadino la aprovechó bien para embarcarle sucesivamente con la franela y dejarlo en suerte en cada pase. Mató bien a su primero y esto le vahó las dos orejas y el rabo, que premiaban sin duda una labor meritoria del paisano.

El último toro, el de menos kilos —sólo dio 440 en báscula—, fue, por el contrario, el más peligroso del encierro. José Julio «Granada» anduvo con él con buen estilo, con bastante soltura y guapeza, librándose por eso de una cogida que se presentía. El público estuvo con él hasta la hora de la verdad, pues con el estoque el de Granada dio en hueso repetídemente. Este, parece, es el punto flaco de José Julio y le perjudica notablemente. Matar o no matar, ésta es la cuestión.

Los tres espadas habían dado la vuelta al ruedo en él quinto y al final auparon en hombros a Curro Romero y a José Julio «Granada», negándose al paseo a hombros Luis Miguel, que salió por piernas de1 público salió muy satisfecho, y la verdad es que tenia motivos para ello.

Los toros pesaron 470, 480, 465r 458, 502 y 440 kilos, respectivamente.


divendres, 16 de desembre del 2016

CURRO SE NIEGA A MATAR UN TORO EN LAS VENTAS

Anverso
Reverso
El objetauro de hoy es un cartel de mano de la corrida celebrada en Las Ventas el 12 de julio de 1.987 recordada por los incidentes acaecidos a raíz de que el espada Curro Romero se negara a matar uno de sus toros. 



El dibujo de la cabecera es de Álvarez Carmena, cartelista oficial en aquel tiempo, y la crónica que acompaña las fotografías la firmó Emilio Martínez al día siguiente en 'El País':

"El diestro Curro Romero, que organizó ayer en la plaza de Las Ventas uno de los mayores escándalosde su vida profesional, fue agredido por un espectador a la muerte de su segundo toro. El aficionado, que posteriormente manifestó sentirse estafado, recorrió toda la plaza con un rollo de papel higiénico en la mano izquierda y la entrada en la derecha y golpeó a Curro, derribándole. Esta persona fue agredida después por los peones de Curro, Juan Bellido Chocolate y Antonio Cobos. El diestro se negó a declarar en la comisaría.

El diestro Curre Romero fué conducido por la policía, al término de la corrida de ayer en Madrid, a la comisaría de Ventas, donde se negó a declarar, por consejo de su abogado. La policía se limitó a tomarle declaración para hacer un informe de lo ocurrido que pasó al juez de guardia, quedando el torero en libertad.El torero de Camas salió protegido bajo los escudos de las fuerzas policiales, al abandonar el ruedo ante la lluvia de almohafillas y otros objetos que le lanzaban los airados espectadores. La idea del torero era pasarse con rapidez por la comisaría, tras el acta que levantó el presidente de la corrida, José Luis del Río Corbelle, por negarse el diestro a matar su primer toro.

Pero a esta hora, las nueve y cuarto de la noche, unas doscientas personas que le esperaban a la salida de Las Ventas impidieron a Curro abandonar la plaza. Estas personas profirieron fuertes insultos dirigidos al torero, algunos de los cuales, como "sinverguenza", "estafador" y "cobarde", ya se habían escuchado cantados a coro en los tendidos del coso.

Amenazas de muerte

Tres o cuatro de estos espectadores, más exaltados, amenazaron de muerte al de Camas. Ante esta situación, Curro decidió refugiarse durante casi tres cuartos de hora en unas dependencias interiores de la plaza.

La larga espera y la tormenta que cayó sobre Madrid a partir de las nueve y media hizo que la mayoría de esas personas se marcharan, aunque alrededor de unas veinte, que volvieron a gritar insultos dirigidos a Curro, todavía le aguardaban cuando éste salió, pasadas las diez de la noche, por fin, rodeado de unas sesenta miembros de las fuerzas policiales, que lo condujeron a la citada comisaría.

Mientras Curro aguardaba que se marcharan estas personas, en la enfermería de la plaza, el doctor Máximo García Padrós atendía al espectador que con la entrada en una mano y un rollo de papel higiénico en la otra saltó al ruedo y agredió al torero, al que derribó junto a las tablas del tendido diez, cuando este se dirigía al burladero, tras haber dado muerte a su segundo toro.

El espectador, que afirmó sentirse estafado por Curro, fué muy ovacionado por el público, al ser retirado del ruedo y conducido por varios policías, uno de los cuales le arrancó la entrada de la mano para que el agresor no la mostrase al público reclamando nuevos aplausos en el callejón. En la enfermería fue atendido de algunas contusiones y una pequeña herida en la nariz, a consecuencia de los golpes que recibió de los subalternos Antonio Cobos y Juan Bellido Chocolate, tras ser derribado por éstos. El espectador fue conducido también a la comisaría donde tras prestar declaración fue puesto en libertad. Es la segunda vez que Curro se niega a matar un toro en Madrid. La primera ocurrió el 25 de mayo de 1967. Curro alternó con Rafael Ortega y Sánchez Bejarano".

divendres, 9 de desembre del 2016

APARICIO Y LITRI, ÍDOLOS DE LA NOVILLERÍA

Julio Aparicio y Miguel Báez 'Litri' se convirtieron a finales de los cuarenta en un fenómeno sociológico digno de estudio. Dos estilos contrapuestos, competencia, pasión, y plazas llenas, que es de lo que se trata.

En la Feria de Julio de Valencia de 1.949 se inmortalizaron juntos entre barreras, vestidos de paisano, y rubricaron la instantánea cuyo autor fue el fotógrafo local Luis Vidal, que por aquel entonces publicaba en 'El Ruedo'.

divendres, 2 de desembre del 2016

PAÑUELO DE LA GESTA DE FANDIÑO

Iván Fandiño protagonizó el Domingo de Ramos de 2.015 una gesta en Las Ventas, donde se anunció con toros de Palha, Partido de Resina, Victorino, Cebada Gago, José Escolar y Adolfo Martín. Al final todo quedó en gesto dado que los resultados no fueron los deseados.

Este objetauro da fe del hecho, está confeccionado en tela y mide 35 x 21 cms.

divendres, 25 de novembre del 2016

PAR DE BANDERILLAS DEL PAPA NEGRO

Manuel Mejías Rapela 'Bienvenida', más conocido como el Papa Negro, no lo puede resistir y ya veterano y en traje de calle, salta a la arena de un improvisado ruedo para dejar un par de banderillas sobre los lomos del becerrote. Sus brazos se adivinan  aún seguros y su pie derecho se afirma en la arena. 

El patriarca no pasa fatigas y prueba de ello es que su sombrero aparece perfectamente colocado. A pocos metros su hijo Pepote, capote en mano, asiste complacido a la hazaña de su progenitor. ¡Quien tuvo, retuvo!

El objetauro está firmado por Baldomero y mide 13 x 9 cms.

divendres, 18 de novembre del 2016

PROGRAMA DE MANO DE LA ALTERNATIVA DE CHAVES

Francisco Tamarit Chover 'Chaves', novillero valenciano nacido en El Grao, tomó la alternativa en la plaza de la calle Xàtiva el sábado 26 de septiembre de 1.925. Con este motivo se editó el programa de mano adjunto en el que se da cuenta que se lidiaron astados de Doña Carmen de Federico, antes Murube y que actuó de padrino el turolense Nicanor Villalta. También hizo el paseíllo Cayetano Ordóñez 'Niño de la Palma'.
Chaves, quien poco tiempo después hizo sus pinitos como actor de cine, despachó para doctorarse a 'Embargado', que dio un pese a la canal de 327 kilos y por su trabajo le concedieron la oreja. Había nacido el novel matador el 18 de octubre de 1.897 y su vida se prolongó hasta el 20 de septiembre de 1.964, fecha de su defunción en México. Chaves encontró allí refugio tras languidecer su estrella en España y fue en el Nuevo Mundo donde renunció al doctorado y se hizo banderillero.

El objetauro, realizado por la casa Ortega, mide 23 x 22 cms.

divendres, 11 de novembre del 2016

FOTO FIRMADA POR MANOLETE

El objetauro de hoy es una fotografía firmada en 1.944 por el diestro Manuel Rodríguez Manolete. El texto reza así: "A mi buen amigo el gran aficionado D. José Caballero con mucho afecto". La fecha en que se estampó la rúbrica fue el 9 de octubre bajo una fotografía con passepartout que lleva el sello de Marín, conocido retratista de San Sebastián.

El original mide 32 x 24 cms. sin contar con el cuadro exterior.

divendres, 4 de novembre del 2016

CARTEL HOMENAJE A VÍCTOR BARRIO

La Fundación Toro de Lidia editó a principios del mes de septiembre de este año un cartel conmemorativo de la corrida homenaje al diestro Víctor Barrio que se celebró en Valladolid el 4 del mismo mes. La combinación, a falta de Enrique Ponce, el cartel soñado por la afición.  La confección del mismo corrió a cargo del reputado pintor Miquel Barceló y se reprodujo su cuadro 'Primer toro de la tarde', de técnica mixta sobre lienzo cuyas medidas reales son 44 x 140 cms. 

El objetauro, verdadera pieza de coleccionista desde el mismo momento en que se anunció, mide 64 x 36 cms.

divendres, 28 d’octubre del 2016

CURRO ROMERO POR PEDRO MILEO

El reconocido taurino Pedro Mileo (Montanejos, 1.963), en su faceta de pintor inmortalizó la figura de Curro Romero con su característica técnica de claroscuros. El objetauro que hoy presentamos representa en el plano superior al diestro de Camas dando la vuelta al ruedo con su inseparable ramita de romero.

En el inferior da un derechazo con su estilo tan personal llevando perfectamente embarcada la embestida de su enemigo. La obra mide 33 x 28 cms.

divendres, 21 d’octubre del 2016

CURRO POR VICENT ROMÁN

Curro Romero ha inspirado a muchos artistas plásticos. Con motivo de su retirada hubo quien volvió la vista atrás para recordar un pasado reciente esplendoroso. Entre ellos el acuarelista Vicent Román (Sagunto, 1.952), que recreó la vuelta al ruedo del torero de Camas tras desorejar a un astado de Juan Pedro el 18 de abril de 1.999. Y lo hizo con un óleo sobre fondos azules difuminando en las extremidades inferiores la figura del diestro. La obra mide 68 x 32 cms.

Sus últimas dos orejas en la plaza que tanto lo quiso las reflejó con esta excelente crónica don Joaquín Vidal en las páginas de 'El País':

CURRO ROMERO ASCIENDE A LOS CIELOS


Domecq / Romero, Espartaco, Rivera
Toros de Juan Pedro Domecq, discretos de presencia, varios anovillados -2º impresentable, muy protestado por inválido-; inválidos; a algunos se les simuló la suerte de picar; aborregados.Curro Romero: pinchazo bajo, estocada corta delantera y rueda de peones (vuelta); estocada caída (dos orejas). Espartaco: pinchazo y estocada corta (silencio); estocada (dos orejas). Rivera Ordóñez: estocada (ovación y salida al tercio); estocada (oreja). Plaza de la Maestranza, 17 de abril. 8ª corrida de feria. Lleno.

Curro Romero ascendió a los cielos. Espartaco de poco también porque se encontraba en estado de gracia. Rivera Ordóñez iba para allá pero le dejaron a la espera haciendo méritos en el purgatorio. El ganadero no necesitaba subir ni bajar: estaba ya en la gloria, y la gente del toro se le acercaba por el callejón para cantarle aleluyas. El público de la Maestranza tuvo una tarde feliz y, al salir, aún creía estar soñando: cinco orejas había concedido, aunque no consiguió las seis, mecachis en la mar; de ellas, dos para Curro Romero.

Curro con dos orejas: lo nunca visto, el acabose, la desconcatenación de los exorcismos. No paseó Curro esas dos orejas en su triunfal vuelta al ruedo. Se nota que no está acostumbrado y no sabe. Apenas las tuvo unos segundos en las manos. En cuanto las recibió del alguacilillo, sanguinolentas y peludas, las miró con aprehensión y las entregó a un subalterno.
Y empezó entonces la vuelta al ruedo triunfal, el ramito de romero oloroso en la mano, la expresión feliz, en medio de aquel clamor, de aquellos vítores y, al terminar, aún querían que diera otra. Curro -por éstas que es verdad- había matado a la primera.

Curro -por estas también- había hecho una faena larga, maciza, hermoseada mediante fugaces centelleos de inspiración. Había hecho una faena no se sabe a qué ni a quien. A un toro no. El toro no existía ni en la imaginación de sus más devotos.

Al primero de la tarde le había hecho asimismo faena llena de estampas toreras pintadas a pincel. Llega a matarlo pronto y le dan la oreja. Y entonces habríamos tenido el acontecimiento histórico de Curro Romero saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe.

A ese toro primero lo recibió Curro Romero por verónicas. Le dio lo menos veinte ganándole terreno hasta la boca de riego, con tanto empeño que se pasó y remató las medias verónicas más allá, cerca del portón de cuadrillas. Cierto que el toro se escupía en cada lance, pasaba a distancia, ajeno a la presencia del autor, y Curro podía estirarse a placer.

Otras verónicas resultaron aún mejores. Por ejemplo, las que instrumentó para recibir al fantasma de toro del éxito, superadas a continuación por otras tres que dio a manera de bis, dos de ellas y la media de antología.

La mínima expresión de la vida -un hálito, diríamos- era el toro imaginario y Curro le acarició por alto, le mimó por bajo, ejecutó unos redondos de cadencia sutil, embarcó relajado y apuesto, recreó trincherillas y kikirikíes, entonó kirieleisones, volvió a los naturales y al ver los dos últimos -el mando, el arte y la gracia en fusión nuclear- fue San Pedro y le entregó las llaves del cielo.

Unas cosa es Curro, otra todo lo demás de la Creación, pero la gente ya se sabe cómo es; vio el cielo abierto y por ahí ya se podía colar todo el mundo. Concluido el faenón de Curro entró Espartaco e hizo una faenita, al principio cuidando a la ficción de toro, que se derrumbaba; y le aclamaron. Vivir para ver: su anterior mentira de toro se caía igualmente y protestó el público, no aceptó que le hiciera faena.

Dos orejas venían cayendo y Espartaco se las ganó pegando derechazos. Una sola tanda de naturales le quedó de bajo nivel por lo que cambió raudo de mano y en ella fundamentó el triunfo. Toreaba no ya fuera cacho sino a la distancia que permite la longitud del brazo, encadenando los pases por la periferia a ritmo de noria, y cada vez que cerraba con el de pecho, prorrumpía la Maestranza en un delirante griterío. A veces se deslomaba el supuesto toro y quedaba rendido a los pies del lidiador, lo cual no era traba ni impedimento para que continuara, incluso recrecida, la manifestación de entusiasmo, el público puesto en pie.

Le correspondían a Rivera Ordóñez las dos siguientes orejas por derecho propio, hiciera lo que hiciese. Y lo que hizo consistió en repetir, derechazo arriba o abajo, su faena al falso tercer toro: naturales, pocos y vulgarcitos; derechazos, a docenas, distanciado y metiendo el pico de la muleta. Tardó el toro en morir y por este absurdo motivo el premio de las dos orejas quedó reducido a la mitad. No hay derecho pues la estocada estaba en su sitio. No tanto como la de Espartaco, que hundió por el hoyo de las agujas. Y mejoró con creces la de Curro,tendida, caída y feucha.

Claro que si Curro llega a matar por el hoyo de las agujas a lo mejor le mueve la silla a Dios Padre y provoca en los cielos una crisis. Lo de Curro es una cosa queno-se-pue-aguantá. Su fama -fantástica, contradictoria y estrambótica- hace creer a algunas gentes que nunca ha cortado dos orejas, que nunca conoció la gloria. Pero sí la conoce. Ha estado en la gloria muchas veces. Sólo que había bajado a merendar. Y ayer volvió a subir.

divendres, 14 d’octubre del 2016

SOLIDARIDAD CON ADRIÁN

Las siguientes instantáneas recogen los momentos más destacados del festival celebrado en la plaza de toros de Valencia el pasado sábado 8 de octubre y en el que, con novillos de distintas ganaderías, tomaron parte Vicente Ruiz 'El Soro', Enrique Ponce, Vicente Barrera, Rafaelillo, Román, Ginés Marín y el novillero Fernando Beltrán.


EL PASEÍLLO











EL SORO














ENRIQUE PONCE











VICENTE BARRERA








RAFAELILLO







ROMÁN




GINÉS MARÍN







FERNANDO BELTRÁN