La festividad de San Juan, de gran arraigo en Catalunya, se celebró taurinamente en la temporada 1933. En plena Segunda República, sin negros nubarrones en la mente de los políticos, la Tauromaquia era una actividad bien vista y apreciada.
El empresario Pedr Balañá, en las funciones 25 y 26 del año, anunció a Silvino Zafón Colomer 'Niño de la Estrella' como gran atractivo ambas tardes. Además debutaban en Barcelona Laine y Pedro Mejías, "nuevas revelaciones de esta temporada en Madrid", según reza el objetauro. Los hierros a lidiar pertenecieron a José de la Cova y Amador Angoso y la general costaba 1'75 pesetas.
El objetauro es un dibujo de Carlos Ruano Llopis confeccionado por Litografía Ortega que mide 21 x 38 cms.
