divendres, 12 de gener del 2018

HOMENAJE A DIEGO PUERTA

Fue un torero honrado a carta cabal y honesto consigo mismo. Se fue una tarde en su Sevilla para no volver pese a los muchos cantos de sirena que tuvo que escuchar. Diego Puerta fue muy querido en cuantas plazas pisó durante la década de los sesenta y primeros setenta. En Barcelona, donde se tomó la instantánea que acompaña estas líneas, fue un ídolo. Sebastián hijo, cuyo despacho estaba en la calle Fonthonrada, la firma. 

El objetauro mide 14 x 9 cms. y el mismo Diego la rubrica tras una escueta dedicatoria: "Con simpatía a Don Pascual Luisín. En la misma se le ve someter con la diestra a un toro que va embebido en el engaño. Al fondo, el público de las primeras filas no pierde detalle del pase.